viernes, 25 de febrero de 2011

Chile. Trilla en el campo, una veraniega fiesta campesina.


Pebre y pan. La Quebrada, Marchigue 02-2011. Foto de Anabella.

Siendo Chile el segundo mayor consumidor de pan en el mundo, actualmente este se compra en el negocio de la esquina o en el supermercado, ya pocos amasan en casa.

Como modernos ciudadanos del mundo globalizado, hemos ido perdiendo los vínculos con la tierra y los productos que consumimos a diario. Nuestra identidad cultural se torna cada vez más difusa. Y para oscurecer un poco más el panorama, inevitable dejar de mencionar que nuestra biodiversidad está en peligro.

Espigas de trigo, La Quebrada de Marchigue. Febrero 2011. Foto de Anabella.

La modernidad cosa buena en muchos aspectos, no lo es tanto en otros. Esto de producir alimentos a gran escala ha ido ganando hectárea tras hectárea en el mundo, nuestro país no está ajeno al “desarrollo”. Podemos eso sí, poner ojo y hacer esfuerzos por no perder parte del patrimonio alimentario y de nuestra identidad cultural; aún posible de encontrar alejándose un poco de los grandes centros urbanos.

Trigo Juito o “Liuto”, Pilén Bajo Septiembre 2010. Foto de Anabella.

El trigo llegó a nuestro país de la mano de los conquistadores; antes de eso los pueblos originarios obviamente no lo tenían incorporado en su alimentación.

La siembra y cosecha de trigo, era fundamental para la supervivencia de los que llegaron. 
No estaban habituados a comer maíz ni los otros productos que se consumían por acá. Con el paso del tiempo, el trigo poco a poco terminó siendo parte importante en la alimentación de todos, conquistadores, mestizos y toda su posterior descendencia.

Hoy en día nuestro país produce e importa trigo. Pero su siembra, la cosecha y la forma de separar trigo de la paja (la trilla) han ido variando a través del tiempo.

Trigo: cosecha y la trilla.

Trilladora mecánica. http://www.ihistory101.net/espanol/lessons/farm-city/threshing-winnowing_1.htm

Antiguamente toda la labor -siembra, cosecha y trilla (separar el grano de la espiga) se hacían en forma manual. En 1786, el escocés Andrew Meikle inventó una máquina trilladora. Las primeras funcionaban con energía producida por caballos, más adelante con motores a vapor. En Chile la maquinaria se introdujo a fines del siglo XIX. Hoy en día el proceso completo está mecanizado, utilizándose maquinaria (bencinera o petrolera).

“Aviso caminero”, guiando hacia una trilla.Febrero 2011. Foto de Anabella.


La Trilla a yegua, ¿una costumbre de los antiguos?

Hace solo unas semanas, no pude dejar de sonreír mientras escuchaba a un grupo de la Junta de Vecinos de la localidad rural de La Quebrada, ubicada cerca de Marchigue en la Región del Libertador.

La reunión era nada menos que para programar la realización de una actividad comunitaria, una trilla a yegua suelta. Me sonó increíble que alguien mencionara que esto de la trilla “era costumbre de los antiguos”. Eso porque he tenido la suerte de presenciar varias, incluso en los últimos años. Llegué a pensar por unos instantes que la idea de realizar esta actividad, se iría al tacho y que definitivamente la “modernidad” hasta les estaba borrando la memoria.

Aunque ya no se suele plantar tanto trigo para autoconsumo (como antes); de todas maneras hay siembras, pero las trillas se están haciendo cada vez más con maquinaria. Afortunadamente las trillas a la antigua usanza, porfiadamente intentan sobrevivir; y siguen haciéndose algunas de norte a sur.

En ellas yeguas y caballos pisotean las gavillas en la era, para separar la paja del grano. Hay dos modalidades, a “yegua suelta” que son más vistosas o las a “yegua acollarada” (amarrada).

Sigo contando de la reunión… Por suerte, luego de un pequeño silencio; una señora comenzó a relatar cómo hacían hace no mucho tiempo atrás las trillas en su casa. Rápidamente, afloraron recuerdos de varios presentes. Los relatos daban cuenta de que hasta hace muy poco, muchas de las familias sembraban y cosechaban trigo en esta localidad del secano costero. Terrenos en qué año a año, las lluvias son más esquivas y el agua para riego más escasa. Creen que tanto bosque y cultivos intensivos pasan la cuenta.

Las trillas las hacían con trabajo comunitario solidario. Hoy por ti, mañana por mí. Se avisaba la fecha de la trilla y la gente de la localidad acudía a ayudar, más adelante vendría la vuelta de mano. Eso sí, los dueños del trigo debían proveer de alimentación y bebida a todos los que acudían a trabajar.

Luego de algunas intervenciones, todo fluyó de maravillas y organizaron su Primera Trilla Comunitaria. ¡Era posible hacer una en grande!, ya que alguien de la localidad había sembrado y ponía las gavillas (grandes atados de espigas). Armaron comisiones, se ofrecieron responsables y se pusieron manos a la obra.

Las banderas señalaban la entrada para no perderse. La Quebrada, Febrero 2011. Foto de Anabella


Comienza la fiesta.

La trilla es a juicio de muchos, la fiesta campesina más completa. En ella confluyen religión, folclor, comida y solidaridad comunitaria. 

El acarreo del trigo a la era, se hizo con anticipación. Extrañamente en ésta época llovió en la zona (no habitual ya que estamos en verano). ¡Supe que corrieron a tapar bien el trigo!

Misa a la Chilena. La Quebrada Febrero 2011-02-17 Foto de JJVV La Quebrada.

Ese domingo, el sol brillaba y esta fiesta tradicional campesina - en agradecimiento a la tierra y al sol por hacer crecer y madurar las espigas-; partió como Dios manda, con una Misa a la Chilena.
En ella se combinó la liturgia con cantos al son de guitarras y arpa. Concluyendo con ofrendas y bendiciones.

A orilla de la era, bendición religiosa. Foto JJVV La Quebrada.


Profesor de la Escuela es el Locutor de la fiesta. Foto de Anabella 

Y comienza la fiesta con un esquinazo, después de una reseña histórica acerca de la trilla.

La fiesta parte con Cueca. LQ 13/2/2011 Foto de Anabella

Grupo Voces de Marchigue. Foto de Anabella.

Le siguieron varias presentaciones, con cantos y bailes muy bien interpretados. Calurosamente aplaudidos por la concurrencia.

Uno de los puestos familiares. Foto de Anabella.

Esta era una fiesta completísima, así que adentro -a la sombra- y por fuera del local, organizaron una muestra de artesanías y producción local.

Tortas y dulces chilenos para los golosos. Foto de Anabella.

Miel y arrope de miel. Foto de Anabella.

Licores de uva, rosas, hierbas. Foto de Anabella.

Lana y tejidos a telar. Foto de Anabella.

Afuera se desarrollaba la trilla a yegua suelta.

Foto archivo de Junta de Vecinos. Febrero 2011.

En la "era" galopaban las yeguas y caballos. Los Huasos esta vez en colleras los arreaban. Cada cierto tiempo, los horqueteros iban distribuyendo el trigo desde el centro del círculo.

Grupo de horqueteros. Febrero 2011. Foto de Junta de Vecinos.

Y otros jinetes corrían. Foto de Junta de Vecinos.

No podía faltar la sabrosa comida local.

Dulces o mermeladas variadas. Foto de Anabella.

En las cocinas brujas, aguardaban comidas calientes. Foto de Anabella.

Bizcochuelos hechos con huevos de campo, bien amarillos. Foto de Anabella.

Bueno y había que comer; los miembros de la Junta de Vecinos se multiplicaron trabajando. Unos cocinaban, otros atendían. Había que alimentar a los que corrían en la era, a los que animaban con cantos, bailes, payas y cantos a lo humano.

La cocina “hervía” de señoras preparando el almuerzo. Foto de Anabella.

En otro lugar, los caballeros preparaban anticuchos y el asado Foto de Anabella.

El resto, público asistente; esperaba ansioso que el almuerzo estuviera a punto:

Vista parcial a la hora de almuerzo. Foto de Anabella

Las empanadas esta vez serían fritas, para que salieran calentitas. Foto de Anabella.

Vista del lugar. La Quebrada Febrero 2011. Foto de Anabella.

Y la comida iba saliendo, desde las ollas, el asador y las cocinas brujas. Había caído una vaquilla, más de algún cordero que por esta zona son sabrosísimos. Para el atardecer anunciaban conejo frito (que no alcancé a probar), un pendiente que me dejó con toda la curiosidad. Y no es primera vez, ya que en esta localidad he ido conociendo preparaciones que no había visto en otras zonas. Muchas de ellas de antigua data. Pero aquí los muestro lo que sí vi.

Cazuela de trilla. Foto de Anabella.

Hasta hoy en día, se suele decir cuando un plato es servido muy lleno, que es un plato de trilla (abundante).

Charquicán, con grandes trozos de carne. Foto de Anabella.

En otras ocasiones y lugares distintos, los charquicanes suelen ser con carne picada más menuda.

El esperado asado de cordero Marchiguano, con tomate fresco y aromático. Foto de Anabella.

Cazuela de trilla con albóndigas. Yáquil enero 2011. Foto de Anabella.
 
La cazuela de albóndigas es en esta zona el clásico infaltable, plato obligado de las trillas, en el norte chico la usanza es otra, por allá sirven hervido o cazuela con un trozo o presa de carne (vacuno o cabrito). 

Esta foto corresponde a otra trilla, realizada días antes en localidad más cercana a Santa Cruz, el comentario obligado al verla fue; que se parecía más a un plato de “Machitos ahogados” que a cazuela de albóndigas. Los “Machitos ahogados”, se preparan con bastante harina y huevo, al que se le agrega lo que haya a la mano. Puede llevar carne molida o picada y si no las hay pueden ser verduras o perejil picado. Esta masa espesa, se deja caer de a pequeñas cucharadas para cocinarlas en el caldo hirviendo.

¿Adivinan lo que había de postre? Algo refrescante y veraniego, mote con huesillos.
Fue una gran fiesta que, además de atraer a muchos visitantes; unió a esta comunidad en la tarea de no dejar perder sus costumbres, fomentando la solidaridad y ayuda mutua. Todos trabajaron con entusiasmo y, quedaron felices con los resultados.
Durante el almuerzo hubieron payas, en la tarde cantos y bailes; con cueca campesina. Hasta se eligieron Rey y Reina de la Trilla; culminando con un buen baile!

Recuerdos de la Trilla. Foto de Anabella.

Quienes participamos, compartimos felices esta maravillosa fiesta con la comunidad y con innumerables visitantes. Aprendiendo más de nuestras tradiciones campesinas y disfrutando de las comidas que habitualmente se sirven en estas ocasiones festivas.


Y Para terminar, el infaltable ponche de vino con duraznos. Foto de Anabella.

¡Que tengan un buen término de vacaciones!