Después de… algunas ideas.
Preparando adobes. Foto Anabella
Que difícil resulta retomar el hilo, después del fuerte remezón y la posterior salida del mar. Las imágenes de la magnitud del desastre, la perdida de vidas, pueblos devastados y todo lo que se viene por delante ocupan de mayor o menor forma las energías de un país que poco a poco empieza a intentar retomar las cosas en sus manos e iniciar la “reconstrucción” de lo que se vino al suelo.
De alguna manera, todos hemos sido “afectados” y las secuelas se harán sentir por un buen tiempo; es de esperar que todos y cada uno de nosotros ponga lo mejor de si y haga sus pequeños aportes, desde sus conocimientos, capacidades y posibilidades para que tod@s puedan salir adelante en el menor tiempo posible.
No puedo dejar de pensar en que además de la perdida de personas, de muchas viviendas, el agua también se llevó la fuente de ingresos de quienes vivían en poblados o a orillas de mar; en pescadores de muchas caletas de la zona afectada. También desaparecieron un numero no cuantificado de hospedajes, comedores, restaurantes, fuentes de soda y picadas; lugares en los que muchos hemos disfrutado a lo largo de nuestras vidas, lugares nada sofisticados en los que preparaban los clásicos de la tradición culinaria chilena y hacían el disfrute de los comensales.
Trato de imaginar en como poder contribuir de alguna forma a que puedan volver a funcionar lo antes posible, por que eso implica que quienes ahí trabajan retomen su vida y nosotros los clientes podamos regresar, dar vida y movimiento a estos lugares.
Hay modelos a seguir:
En este país diverso en su geografía, climas, con fuertes contrastes territoriales y de recursos en el que conviven diversidades culturales, creo se hace necesario conocer las relaciones establecidas en las sociedades que la habitaron, saber de sus experiencias y logros para adoptar decisiones que promuevan nuestro desarrollo, garantizando sostenibilidad y destacando nuestra identidad.
Pensando en lo difícil que resultara que cada uno –al menos al comienzo- pueda volver a “parar” su negocio, creo que el camino va por emprender en forma comunitaria, lo que obviamente baja los costos de instalación en manera considerable y rescata modelos asociativos de nuestro pasado (comuneros, mingas, trillas, vendimias, etc.).
Caleta San Pedro Antes http://www.elobservatodo.cl/admin/render/noticia/12204
En la Caleta San Pedro, un par de kilómetros al norte de la Serena hay un buen ejemplo a seguir. Al comienzo se trataba de una construcción bastante rustica instalada en la plaza del pueblo.
Era una seguidilla de “cocinerías” cerradas –construidas con cañas-, instaladas una al lado de otra asemejando pequeños vagones de un tren. Compartiendo por el frente un gran toldo de malla bajo el cual se agrupaban sillas y mesas.
Cada cocinería contaba adentro con su cocina, lavaplatos y mesón, una cocinera y ayudante. Por fuera una pizarra con la oferta del día y una o dos personas para atender.
Quienes han ido saben como se llena el lugar, al comienzo solo funcionaba durante el verano, luego se extendieron a fines de semana y según he oído en el año se turnan para atender, pero los fines de semana abren todos.
Actualmente y gracias al apoyo municipal y de fondos regionales estas instalaciones ya son una estructura permanente la “Recova Marina”, se instaló mas cerca de la playa, hay estacionamientos, las cocinas (ahora en dos pabellones en l) son de sólidos muros, cocinas modernas embaldosadas, con mesones de acero inoxidable, lavaplatos, una cocina industrial y refrigerador. En el espacio central, cerrado hacia la costa con vidrios (para proteger del viento), están las mesas y la vieja malla de kiwi de techo fue reemplazada por toldo.
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El mejoramiento notable, siguió con el concepto de emprendimiento colectivo, aunque en el poblado ya se comienzan a ver algunos restaurantes, que de no haber existido este conjunto de cocinerías difícilmente tendría la cantidad de publico que ahora llega al Caleta San Pedro. Emprendimientos como este pueden ser el punto de partida para el desarrollo local.
Este puede ser un “modelo” posible de seguir en muchas de las caletas o pueblos devastadas, lo que permitiría en un plazo corto que pudieran retomar sus actividades. Por supuesto que en cada lugar habría que hacer las adaptaciones necesarias acordes al clima del lugar, y siguiendo este ejemplo puede ser en una primera etapa una construcción de características rusticas, lo importante es tener en cuenta las regulaciones sanitarias existentes.
www.panoramio.com/photo/16825607
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www.elobsewrvatodo.cl
Aunque aquí la idea es compartir acerca de tradiciones de nuestras comidas, siento que por ahora puede ser necesario ahondar un poco mas en los lugares de preparación y como poder implementarlos.
Capitulo aparte podría ser comentar mas adelante una experiencia a la que estoy ligada y que tiene que ver con implementación de modulo de atención al turismo equipado con tecnologías socialmente apropiadas (alternativas) de bajo impacto ambiental, en la que con varias comunidades rescatamos sus comidas tradicionales para aprender a prepararlas con estas nuevas tecnologías. Aunque para ser sincera mi intención antes de todo esto era compartir la experiencia de mi visita a “La Fiesta del Cabrito” y algunas recetas recogidas en esa oportunidad, pero quedara para mas adelante.
1 comentario:
Aaay Anabella, por supuesto que cuesta los primeros días no tenía ni ganas de cocinar para mi blog, pero de a poco fui saliendo del hoyo. Creo que quedamos todos remecidos interiormente y tanta historia dolorosa, pero son la misma gente que ha sufrido tanto la que da ánimos Anabella, y por ellos y por todos tenemos que seguir,muy bueno tu post, siempre tan especial y tan certero.
Un abrazo, gloria
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